PADRES QUE SE CREEN ENTENADORES DE SUS HIJOS
El futbol en edad temprana que comprende desde los 8 años hasta los 17 años, nos ofrece un contenido con gran potencial que suministra la ganancia de valores, además de facilitar el desarrollo de las capacidades y las habilidades necesarias para la mejora de las relaciones de los niños.
La figura de los padres tendrá gran relevancia en este proceso formativo y deber ser indiscutible, ya que son los principales responsables de su educación y formación. Sin embargo, deben tener claro su papel, porque los padres que se creen entrenadores de sus hijos, les suelen causar más perjuicios que beneficios.
Los padres suponen un gran ejemplo para los niños. Por eso, es necesario que los familiares tomen conciencia sobre la manera en cómo valoran el futbol, cómo reaccionan en los partidos, qué comentarios hacen sobre la actuación de sus hijos y sus compañeros, y que esto influye en la actitud de los muchachos. Son muchos los padres que acompañan a sus hijos a los partidos y entrenamientos. Desde la gradería pueden asumir un papel positivo, este tipo de padres suelen acompañar a sus hijos a los entrenamientos y partidos por el simple hecho de que su hijo se sienta feliz, además suelen transmitir a los niños entusiasmo por la actividad, pero sin presión. Son padres que participan en el refuerzo de valores y se interesan por la formación del niño más que por ganar o perder. Un papel negativo, este tipo de padres olvidan que sus hijos practican deporte por diversión. Dentro de esta categoría entran aquellos padres que se pasan durante todo el partido insultando al árbitro y menospreciando al rival, además podemos encontrar a esos padres que ensalzan las cualidades de su hijo por encima de los demás y desestimar. Por último, podemos encontrarnos con el mayor problema al que se enfrentan los entrenadores del futbol en los niños, los padres que se creen entrenadores.
La figura que se conoce como padre entrenador no aporta ningún beneficio al menor. Este es el rol que adoptan los padres cuando gritan desde la línea, cuando motivan al niño a jugar como si fuera un profesional que se gana la vida con ello y cuando corrigen al niño incluso contradiciendo al entrenador. Estas actitudes generan consecuencias negativas en el niño que hacen que el pequeño deje de disfrutar y abandone la práctica del futbol.
Crean confusión en el niño, ya que por un lado le llega la información de su entrenador y por otro el de sus padres. Se da un conflicto de autoridad para el pequeño.
Se genera cierta presión e inseguridad en el niño deja de tener claro que decisiones son oportunas tomar, disminuye su concentración que dificulta su toma de decisiones y su rendimiento.
El rol de padre entrenador es un papel de carácter negativo que surge en aquellos padres que no suelen ver cumplidas las ilusiones que ellos esperan de sus hijos. Además, no suelen tener ningún control sobre sus conductas, hasta el punto de no ser conscientes del problema que esto acarrea en los niños.
Los padres entrenadores son adultos que no se dan cuenta de que se están equivocando. Encuentran en ese rol una zona de confort y no se quieren mover de ahí. Por ello, es difícil hacerles cambiar.
Algunos consejos: El entrenador no debe castigar al niño. El niño solo reacciona de una manera instintiva. Hay que hacerle comprender que el equipo lo forman los que están, y los que están fuera solo pueden animar.
Dejar los roles claros. Explicarles lo mismo que a los niños, los padres no saben lo que se trabaja dentro del equipo y que su función es la de animar y no como entrenadores ya que provocan la confusión de sus hijos.
TODOS TENEMOS ALGO QUE ENSEÑAR
WILLIAM RODRIGUEZ